En un barreño con agua caliente, vierte el fijador y cinco cucharadas de sal por cada litro de agua y remueve. Mezcla el tinte con agua en una jarra y añade la mezcla al barreño. Vuelve a remover.
Prepara una cantidad de tinte suficiente para cubrir por completo la parte de las cortinas que quieres decorar.
Sumerge el tercio inferior de las cortinas en el tinte y espera 20 minutos, dejando que el tinte trepe por el algodón no sumergido. Cuando se acabe el tiempo, saca unos 10 o 15 cm en paralelo al agua y deja actuar otros 10 minutos. Cuando pesan, repite el proceso sacando otros 10/15 (dejando la parte inferior sumergida) y deja actuar otros 10 minutos.
Usa guantes para protegerte las manos.
Saca las cortinas del tinte y escúrrelas bien. A continuación, lávalas con detergente y acláralas hasta que el agua salga limpia. Pon cuidado en no ensuciar la parte blanca con los restos de tinte.
Deja secar las cortinas en una superficie horizontal y donde no les de el sol directamente.
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