Cuando llega la temporada de verano y suben a tope las temperaturas, nos olvidamos de cómo fue el año pasado y tendemos decir eso de ‘pues aquí nunca había hecho tanto calor‘. ¿Te reconoces, no? Pero no te preocupes, porque para sobrevivir dentro de casa si no tienes aire acondicionado, hay algunos sencillos trucos que puedes poner en práctica. Ya te adelantamos: se trata principalmente de impedir que entre el calor de la calle, generar algo de fresco en el interior de la casa y evitar que se escape. Toma nota, porque te contamos cómo enfriar la casa de manera sencilla y (casi) sin gastarte nada.
Mantén las persianas bajadas
Durante las horas de más calor del día (que en según qué lugares se pueden alargar bastante), es interesante mantener las persianas bajadas -mejor si son de color blanco-, y las cortinas echadas. En las habitaciones donde hagas vida, deja una pequeña rendija para que entre luz suficiente, pero en las estancias que no vayas a usar, bájalas del todo.
Recuerda que si esto se ha hecho en las casas de los pueblos toda la vida, ¡por algo será! Las persianas evitarán que entre el calor de la calle, lo cual te va a ayudar a mantener la casa fresca. Si tienes la suerte de contar con un toldo, utilízalo también, ya que ‘amortiguará’ el sol que llegue a la fachada.
Organízate para ventilar a primera hora de la mañana
Como te decíamos, para conseguir una casa fresca en verano, el objetivo es evitar que entre esa típica sensación de ‘fuego’ por las ventanas, para lo cual es importante tenerlas bien cerradas durante las horas de sol. Como la casa necesita también airearse, lo ideal será ventilar a primera hora de la mañana cuando el sol aún no ha empezado a notarse fuerte. También lo puedes hacer por la noche (aunque en ese caso, tendrás que estar pendiente de controlar la entrada de mosquitos…).
Es buena idea que localices cómo funcionan las corrientes de aire dentro de tu casa (prueba abriendo las diferentes ventanas), de manera que puedas ventilar durante menos tiempo, pero más eficientemente.
Utiliza cortinas ligeras y de color claro
Para que la casa guarde menos calor y esté más fresca (¡también a la vista!) un buen truco es utilizar cortinas de colores claros y materiales ligeros como el algodón o el lino. Los materiales muy densos y los colores oscuros tienden a ‘atrapar’ y difundir el calor, por lo que es preferible evitarlos en verano, también dentro de casa. Entiendes ahora por qué se habla de ‘colores de invierno’ y ‘colores de verano’, ¿no?
Por eso, igual que las personas hacemos un cambio de armario de temporada, la casa también debería hacerlo. Si tienes alfombras gruesas, cortinas densas y cojines de telas invernales, aprovecha la visita anual al tinte para colocar en su lugar tejidos más frescos y claros durante la época más calurosa del año. ¡Notarás que incluso respiras mejor!
Cómo enfriar la casa rociando las cortinas con agua fría
Otro truco maravilloso que aprender de las costumbres tradicionales de los pueblos, es la de humedecer las cortinas con un poco de agua. Solo necesitas un spray con agua limpia y tenerlo a mano para ir pulverizando las cortinas en las horas en que tengas las ventanas abiertas y las cortinas echadas. Notarás que el poco aire que entre, va a refrescar de manera natural la casa, sin ningún esfuerzo.
Las plantas te ayudan a mantener un ambiente fresco
No es ningún un secreto: en Handfie NOS FLIPA EL MUNDO VEGETAL.
Así que como ya te contamos en este artículo sobre cómo decorar con plantas, rodearte de macetas dentro de casa refresca el ambiente ya simplemente a la vista. Pero si además, aprovechas para regarlas cuando esté cayendo el sol, notarás que es un método muy sencillo para enfriar la casa. ¡Además de que envolverás el aire nocturno de un increíble aroma a tierra mojada!
Optimiza el uso de tu ventilador para enfriar mejor la casa
Si tienes la suerte de contar con un ventilador de techo, seguramente duermas bastante bien en verano. Recuerda que deberás hacerlo funcionar en sentido contrario a las agujas del reloj para que distribuya bien el aire frío por la habitación (al contrario de lo que debe hacerse en invierno).
Si lo que tienes es un ventilador de mesa, un truco muy sencillo es colocar delante del flujo de aire un cuenco metálico lleno de hielo con un poco de sal gorda. De esta manera conseguirás que no solo se mueva el aire dentro de la habitación (que ya de por sí ayuda a que la sensación térmica sea más agradable), sino que ese aire será además mucho más refrescante.
Refrigera tu hogar con un humidificador
A pesar de que es cierto que requiere un poco de disciplina a la hora de mantenerlo limpio a diario, las ventajas de tener un humidificador en casa son muchas. Todos los miembros de la familia se verán beneficiad@s de que el ambiente tenga el grado de humedad adecuado (mayores, pequeños, mascotas y plantas). Pero además, algunos humidificadores tienen la capacidad de enfriar o calentar ligeramente el vapor de agua que desprenden, siendo muy útiles para refrigerar la casa -o ayudar a caldearla en invierno-. Y si el tuyo no tiene esta función, siempre puedes ponerlo en mitad del flujo de aire del ventilador, para que te llegue la brisa en forma de bruma fresca.
Si aún no tienes un humidificador en casa, quizás te interese echarle un vistazo a este sencillo modelo de la marca Levoit. La bruma dura hasta 24 horas, es libre de BPA y supersilencioso.
Refresca el suelo del patio o terraza a menudo
Otro de los trucos que conocen bien en los lugares donde hace mucho calor, es el de remojar habitualmente los suelos de patios, terrazas y entradas exteriores de casas bajas con agua fresca. Las baldosa de cerámica y otros materiales porosos guardan impresionantemente el calor, ¡así que imagínate si además están todo el día al sol! Para aliviar algo este calor que van a estar irradiando continuamente, es muy buena idea enfriar los suelos exteriores fregándolos o echando cubos de agua fría siempre que puedas.
Aunque dentro de casa no esté dando el sol de pleno, prueba también a poner en práctica este consejo siempre que puedas.
Limita el uso de electrodomésticos durante el día
Siempre que sea posible, trata de evitar utilizar los electrodomésticos que más calor emiten durante las horas de más calor. Los más evidentes serían el horno, la plancha y el secador de pelo. Sin embargo la lavadora y el lavavajillas, por ejemplo, también desprenden mucho calor durante su uso. Por eso es aconsejable ponerlos en marcha a primera hora de la mañana o al final de la tarde, cuando la temperatura es algo más suave -¡siempre y cuando no sea un horario en el que molestes a tus vecinos!-.
Sábanas de quita y pon
Aunque seguramente lo primero que pase por tu mente sea la expresión ‘¡qué pereza…!‘, te aconsejamos que pruebes este truco antes de juzgar si te merece la pena ponerlo o no en práctica 😉 .
Cuando te levantes por la mañana, retira las sábanas de la cama, y déjalas extendidas en algún lugar fresco de la casa (por ejemplo, esa habitación que tienes cerrada a cal y canto y que parece Narnia si la comparas con el salón…). Cuando llegue la hora de ir a dormir, coloca de vuelta las sábanas y disfruta de tu ropa de cama fresca y ventilada.
¿Cuánto esfuerzo supone realmente poner cada noche una sábana bajera y una encimera antes de dormir, si lo que recibes a cambio es tumbarte en una cama fresquita…?
Esperamos que con estos trucos fáciles puedas mantener la temperatura de tu casa a raya en los meses más calurosos del año.
¿Se te ocurre algún consejo infalible que se nos haya pasado explicar?¡Compártelo con la comunidad de Handfie en los comentarios!
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