Si tienes la inmensa suerte de tener chimenea en casa y de pasar las tardes de frío cerca del calor del fuego, este post es para ti. Y es que la parte bonita de tener chimenea es el fuego crepitante, el olor a madera, el calor seco y agradable… pero la parte no tan bonita es que hay que limpiarla periódicamente. Pero, ¡no tienes de qué preocuparte! Vamos a darte todos los consejos y trucos que tienes que tener en cuenta para hacer que esta tarea sea pan comido.
¿Cuándo limpiar la chimenea?
Limpiar la chimenea no es necesario únicamente por una cuestión de apariencia y estética. Si la salida de humos de tu chimenea acumula suciedad y residuos de la combustión (hollín), se puede generar un compuesto llamado “creosota” que puede dañar su funcionamiento.
¿Qué es el hollín?: es una sustancia que desprenden los procesos de combustión y está compuesta de partículas de carbón, óxidos, ácido sulfúrico…
Como recomendación general, te aconsejamos diferenciar dos tipos de limpiezas: las exhaustivas y las frecuentes. Será suficiente que hagas una limpieza exhaustiva al año, justo al terminar el invierno o la temporada de frío. Sin embargo, te recomendamos hacer limpiezas frecuentes cuando estas usando la chimenea de continuo, idealmente una vez a la semana.
Cómo deshollinar tu chimenea
Limpia tu chimenea de manera mecánica
Se trata de una limpieza “a la vieja usanza”. Es decir, quitando manualmente los residuos y recogiéndolos después. Pero tranquilidad, esto no significa que tengas que emplearte a fondo físicamente o subirte al tejado a hacer equilibrios para limpiar tu chimenea; es más sencillo de lo que pueda parecer.
Lo primero, necesitarás proteger las superficies cercanas a la chimena con un poco de papel o plástico protector. Además, no te olvides de protegerte a ti y usa guantes, delantal e incluso mascarilla para no mancharte ni respirar sustancias nocivas.
Después, recoge los restos de leña y cenizas del hogar del fuego con un cepillo y un recogedor. A continuación, usa un “erizo” (un cepillo hecho de metal y nylon) para raspar el hollín de las paredes de tu chimenea y recoge los residuos que vayas sacando.
A la hora de elegir el cepillo deshollinador perfecto tienes dos opciones:
Erizo eléctrico
Es el que suelen usar los profesionales deshollinadores y facilita mucho el trabajo de limpieza, aunque tiene un precio más elevado y es más aparatoso. Este en concreto se usa con la ayuda de un taladro (es lo que hace girar al cepillo) y viene en un kit con un adaptador a modo de broca.
Erizo manual
El más común para limpiar la chimenea en el día a día. Normalmente viene en un kit deshollinador junto con unas varillas metálicas extensibles que facilitan el llegar bien a todas las partes de la chimenea.
Si además de raspar el hollín quieres usar algún producto para asegurar una limpieza más profunda, existen diferentes tipos de limpiadores que pueden ayudarte. Asegúrate de que son productos especialmente formulados para ese uso ya que si no, tu chimenea podría verse deteriorada.
Limpieza química para tu chimenea
Puedes usarla tanto para las limpiezas profundas como para las rutinarias. Se trata de productos concretos que, en combustión, liberan ciertos compuestos químicos que disuelven os residuos de la chimenea. Puedes encontrarlos en varios formatos: troncos tratados con productos químicos, sacos deshollinadores… ¡Elige el que mejor se adapte a ti y a tu chimenea!
Aunque puedes hacer las limpiezas periódicas y profundas por ti mismo, te aconsejamos que, ante la duda y si te ves un poco perdido, contactes con un buen profesional deshollinador que te ayude a poner a punto tu chimenea.
Cómo limpiar el cristal de la chimenea
No todas las chimeneas tienen un cristal o una puerta pero, en caso de tenerlos, también hay que prestar atención a su limpieza. Te aconsejamos que, una vez más, uses productos específicos para asegurarte de que las superficies quedan limpias en profundidad. Normalmente, los limpiadores para chimeneas son bastante potentes y tienen compuestos como sosa cáustica para arrastrar el hollín, la grasa o la resina, ¡así que no cualquiera vale!
Consejos para mantener tu chimenea en perfecto estado
Limpiar la chimenea es una parte muy importante de su mantenimiento, pero no es la única. Hay pequeñas cosas y decisiones del día a día que impactan directamente en el estado de tu chimenea. Estos son algunos consejos que puedes tener en cuenta para asegurarte de que tu chimenea se mantenga en perfecto estado durante mucho tiempo:
La elección de la madera es importante
La recomendación más importante en cuanto a la madera para tu chimenea es: usa leña seca. Tan sencillo como eso. Y es que cuando la leña está húmeda, tiene una peor combustión y produce más residuos y humo.
También te aconsejamos que optes por maderas como la encina o el roble que tienen un gran poder calorífico pero no generan demasiados residuos.
Cuidado con lo que quemas
No uses maderas pintadas o tratadas en tu chimenea y, en general, evita quemar cualquier objeto que no sea apto para la combustión. Estas prácticas pueden dañar seriamente tu chimenea y, lo más importante: suponen un peligro para ti y el medio ambiente por los gases que se pueden desprender.
Evita la formación de hollín excesiva
La mejor manera de limpiar menos es ¡ensuciar menos! ¿Cómo puedes hacer eso en tu chimenea?
- Enciende fuegos pequeños en tu chimenea y mantenlos vivos. Los fuegos grandes y que se consumen lentamente producen muchos más residuos.
- Asegúrate de que el aire circula bien por el conducto de la chimenea y de que no hay nada que obstruya la ventilación. Así, conseguirás que la liberación del aire no se ralentice y que, en consecuencia, no se acumule el hollín.
Y tú, ¿tienes suerte de tener chimenea en tu casa?, ¿la limpias siguiendo estos consejos? Si te has puesto manos a la obra para limpiar tu casa al completo te dejamos estos posts sobre cómo limpiar la alfombra o cómo limpiar acero inoxidable para que tu casa quede como salida de una revista ?
Haz tu comentario