Cómo reparar una maceta rota
¿Se ha roto esa maceta que te gusta tanto y no sabes qué hacer? ¡Ojo al vídeo! Así puedes restaurar una maceta de barro, pegando las piezas y rellenando los huecos para dejarla como nueva.
¿Qué necesitas?
Herramientas
- Paletina
- Taco de lija
Materiales
- Adhesivo epoxi
- Maceta
- Masilla reparadora
- Pintura
Paso a Paso
1. Pega las piezas
El primer paso para reconstruir tu maceta y dejarla como nueva es pegar las piezas rotas entre sí. Para hacerlo, nosotros hemos utilizado un adhesivo epoxi versátil, capaz de pegar diferentes materiales y de resistir temperaturas extremas. A la hora de elegir el adhesivo, es importante fijarse en este tipo de características, especialmente si vas a poner la maceta en exterior. Ojo porque no todos los adhesivos sirven para lo mismo, ni soportan las mismas condiciones.
En este caso, hemos utilizado el adhesivo epoxi Araldite Rápido de Ceys, un adhesivo de dos componentes que hay que mezclar. Se vierten las dos sustancias sobre una superficie desechable, se mezclan hasta conseguir una mezcla homogénea y esta se aplica sobre las dos superficies a unir. Deja secar al menos 20 minutos.
2. Rellena los huecos con masilla
Una vez que las piezas estén pegadas, rellena los huecos que hayan quedado con un poco de masilla reparadora. Así podrás dejar perfecta la superficie de la maceta. Para esta tarea, nosotros hemos utilizado la Superbarra de Ceys, que también es de doble componente: para utilizarla, corta un trozo, mezcla hasta conseguir un color uniforme y aplícala con los dedos sobre las imperfecciones de la maceta. Acto seguido, alisa la masilla hasta que se integre en la superficie de la maceta y deja secar unos minutos.
3. Lija la superficie
Una de las ventajas de la masilla que hemos utilizado es que, una vez seca, se puede lijar y pintar. Usa un taco de lija para repasar todas las zonas que hayas reparado con la masilla, dejando la superficie lo más uniforme posible. Cuando acabes, limpia el polvo y prepárate para pintar.
4. Pinta la maceta
Último paso. Busca una paletina, un poco de esmalte y ¡a pintar! Nosotros hemos utilizado un color blanco, el original de la maceta, pero puedes aprovechar la reparación para cambiarla de color y hacer algún diseño chulo.
¡Listo! Como ves, hemos dejado la maceta en perfecto estado, sin rastro de imperfecciones.
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